Reu08. Prácticas artísticas, políticas y poéticas hacia la experiencia de lo común

Un trabajo en proceso entre prácticas artísticas-políticas-poéticas hacia la experiencia de lo común. Proyecto elaborado por creadores, colectivos sociales y proyectos culturales del ámbito andaluz

LUGAR: Sevilla + Córdoba + Málaga + Granada
EQUIPO DE TRABAJO: BNV Producciones + calc + La Casa Invisible + Creador@s Invisibles Córdoba + FAAQ + Intervenciones en Jueves + Oopart + Berta Orellana + pOLLO + Manuel Prados + s_puma + ZEMOS98
EN COLABORACIÓN: UNIA arteypensamiento (Universidad Internacional de Andalucía)
SITIO WEB: http://www.r08.es/ + http://ayp.unia.es/index.php?option=com_content&task=view&id=613

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quien-esta-detras-de-la-cultura-pegatina_R08

Los resultados de esta reflexión y experimentación colectiva se han reflejado en la publicación Reuceroocho. Un trabajo en proceso entre prácticas artísticas-políticas-poéticas hacia la experiencia de lo común, en la web y en el proyecto de coinvestigación ¿Quién está detrás de la cultura?. Presentado y desarrollado en Málaga, Córdoba, Granada y Sevilla.

TEXTO FUNDACIONAL DE REU08

Las prácticas artísticas generadas en el Estado español y en Andalucía a finales del siglo XX y principios del XXI, así como las políticas culturales impulsadas por las instituciones, deben analizarse teniendo en cuenta las transformaciones producidas en la relación entre economía y cultura y el nuevo rol asignado a las llamadas industrias creativas.

Es evidente que el ámbito de la producción artístico-cultural no sólo ha dejado de situarse en los márgenes de la economía, sino que actualmente se presenta como un sector privilegiado para la dinamización del tejido productivo metropolitano. A su vez, el capitalismo contemporáneo ha sido capaz de metabolizar de forma eficaz los lenguajes, signos y modos de hacer de buena parte de la llamada crítica cultural, incorporando a la lógica mercantil una amplia gama de representaciones que eran propias de la contracultura y de las llamadas vanguardias artísticas de la segunda mitad del siglo XX.

Este doble movimiento –neoindustrialización de los sectores creativos e integración de buena parte de la crítica cultural– ha moldeado un sistema de gobernanza cultural mediante el cual la innovación, lo emergente y la creatividad social devienen en instrumentos clave para la activación de las economías y las democracias urbanas.

Este proceso modifica de forma sustancial el papel de la crítica y el espacio de las representaciones opositoras. Como bien señala el colectivo Situaciones: “A diferencia de lo ocurrido en otras épocas, la rebelión ha sido sometida a un tipo de tratamiento completamente nuevo: ni triunfo ni derrota”. El valor de la transgresión tal y como era entendida por el modernismo se ve arrastrado por la necesidad del capitalismo contemporáneo de producir permanentemente nuevos registros, corrientes, públicos, géneros, lenguajes y representaciones artísticas.

La nueva interrelación entre economía y cultura, y sus consecuencias sobre las políticas institucionales, se puede apreciar con claridad en Andalucía a través de la puesta en marcha de una serie de iniciativas que, presentadas como apoyo e impulso al arte más innovador, esconden la aplicación de recetas de corte neoliberal (estímulo de la forma-empresa y la inversión privada, fortalecimiento de la figura del emprendedor cultural, externalización de funciones de lo público, extracción de rentas inmobiliarias a través de planes aplicados a los llamados “distritos creativos”, etc.) al ámbito de la producción cultural.

En este marco hay que situar la celebración de bienales, la creación de nuevos centros de arte, espacios, programas (CAC, C4, INICIARTE, Proyecto Lunar, etc.), la organización de congresos y encuentros sobre industrias culturales o algunas reestructuraciones administrativas, como la llevada a cabo en el nuevo organigrama de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía con una reformulada Dirección General, ahora denominada De Museos y Arte Emergente.

Sin embargo, estas dinámicas institucionales no son suficientes para terminar de conformarse como dispositivos de producción de orden, y por ello se sigue recurriendo a otras orientadas a censurar, descalificar y eliminar movimientos e instituciones que se sitúan en los límites de su alcance. Políticas represivas contra movimientos que, comprendiendo la fuerza del anonimato, no se agotan en la búsqueda de su reconocimiento o visibilización, y contra instituciones que se preocupan por escuchar lo “social”. La radicalidad en esta toma de posición de instituciones y movimientos es lo único que puede posibilitar un encuentro “que no sea mera oportunidad (la oportunidad genera oportunismo, y el oportunismo instrumentalización mutua) sino la apertura de un proceso”, y éste también es el límite que determinadas políticas culturales no pueden tolerar.

Ejemplos recientes en Andalucía de las ofensivas contra estos espacios de posibilidad son el desmantelamiento del caS, las amenazas de clausura sobre AulaAbierta y el Centro José Guerrero en Granada, el desalojo y eliminación de una experiencia como La Fábrica de Sombreros en Sevilla, las coacciones sobre la Casa Invisible de Málaga, o las descalificaciones contra la Plataforma de Reflexión sobre Políticas Culturales.

Otra política cultural

Creemos que es necesario y deseable contribuir a renovar de forma radical no sólo los lenguajes y las prácticas artísticas sino también las políticas culturales. Esta renovación será posible a través de la crítica reflexiva y fundamentalmente poniendo en marcha un proceso que permita prefigurar un modelo distinto. Con esta voluntad, Reunión08 se propone atender e interpelar a aquellas prácticas que se caracterizan por los cruces disciplinares, las asociaciones colectivas, la autoría compartida, la interdependencia intelectual, la construcción de saberes, infraestructuras y experimentaciones que se sitúan al servicio de lo común. Prácticas que se esfuerzan por generar nuevos enunciados, definir otros escenarios, avanzar en el conocimiento del mundo contemporáneo –forzando al mismo tiempo cierta ruptura con él–, produciendo nuevas formas de representarlo y posibilidades de acción para la transformación de lo existente. Se trata de contribuir a la formación de archipiélagos entre islas de producción y creatividad colectiva que buscan situarse más allá de la regulación estatal y mercantil.

Reunión08 es el nombre que hemos dado a un terreno de encuentro y colaboración entre proyectos e iniciativas relacionadas con el arte, la política y la producción cultural de distintos puntos de Andalucía; un grupo heterogéneo, flexible en su composición y con vocación de disolverse en un movimiento aún más amplio.

¿Cómo imaginamos el proyecto?

A lo largo de año y medio hemos ido esbozando y en algunos casos poniendo a funcionar algunas líneas de trabajo imaginadas y deseadas. El punto de partida voluntariamente indefinido, no acotado, de los comienzos se ha ido construyendo de forma progresiva por los ámbitos en los que se ha transitado. La sugerente heterogeneidad de los convocados, proporcional a las preocupaciones y deseos vertidos, es una acumulación de expectativas, una lluvia de ideas que asume y respeta la diferencia.

El proceso elegido, que apuesta por una relación con la institución que ofrezca garantías con respecto a la independencia y estabilidad del proyecto, muestra una clara intención de transformar ciertos modelos institucionales. Se pretende que estos modelos cumplan con lo que Santiago López Petit ha llamado “función constructiva”. Es decir, que permitan la “continuidad, frente a la invasión del acontecimiento”, para que merezca la pena la gran inversión de energía que requiere un “proceso de desarrollo colectivo”; que funcionen autoinstituyendo una propuesta con calendario propio, no necesariamente sujeta a dinámicas predeterminadas.

Quisiéramos confeccionar un encuentro propositivo y no sólo reflexivo. Que permita producir proyectos articulables a largo plazo que mantengan y potencien el compromiso de todos los nodos participantes (sumando los que vayan incorporándose).

Imaginamos contribuir a:

Estimular la creación de proyectos en común que trabajen por lo común. Impulsar campos de actuación donde sea posible la crisis, el debate y la alternancia. Intentar la definición de herramientas que posibiliten políticas culturales constituidas, y atravesadas, por una –incluso conflictiva– pluralidad de actores, que propongan miradas y activen relaciones; sin que nadie tenga la capacidad de usurpar la palabra y las representaciones, de arrogarse el privilegio de tener la exclusividad en la tarea de definir y cualificar los objetos y temas de estudio.

Amortiguar la polarización que, en estos momentos y en diversos ámbitos, se produce entre prácticas políticas y prácticas estéticas, reconduciendo un debate interesado –que ha perdido orientación y capacidad crítica– hacia otro donde la referencia y la conexión a lo político y lo social, antes que apartarnos de las expresiones y lenguajes contemporáneos, nos permita introducirnos más profundamente en ellos. Es voluntad del proyecto no quedar dominado, en sus contenidos y visualización, por un solo tipo de prácticas, ya que asumimos que, cada una a su modo, funcionan como dispositivos político-estéticos y ése es el espacio de encuentro que nos interesa poner a funcionar aquí: el cómo se despliegan, cómo se comparten, dónde se validan, etc.

Lo que se propone

Es preguntar y mapear para saber cuáles son las condiciones, tanto reflexivas y propositivas como de sustento de la vida, en las que se mueven los creadores. Preguntarnos sobre las necesidades más inmediatas de la producción cultural, la precarización de su actividad, la escasez de recursos para afrontar sus prácticas, sus necesidades formativas, reconociendo su potencial discursivo y técnico. Los creadores, productores culturales o trabajadores del sector cultural se nos presentan como una especie paradójica (emprendedores, empresarios de sí, autónomos, precarios, etc.) a la cual queremos interpelar, analizándonos de forma conjunta, problematizando la realidad en la que vivimos, creamos y trabajamos.

Desarrollar una coinvestigación sobre las condiciones materiales de la creación, las políticas institucionales y nuestra potencia para imaginar una transformación radical de la actual situación.

Crear una estancia o espacio de transacción que ayude a revisar conceptos, concretar posiciones, promover puntos de acercamiento, equilibrar capacidades enunciativas, establecer cierta referencialidad, activar aquellas prácticas que generan imágenes, alegorías y textos que resaltan las dimensiones pedagógicas y cognitivas de la cultura.

Consideramos que estas dinámicas de trabajo colectivo han de tener la capacidad de ir y venir y que por ello requieren de un espacio (“el espacio constituye hoy la palanca necesaria para hincar el gesto radical”), entendido como el lugar donde experimentan los nodos, el lugar verdaderamente común de práctica y ensayo. Reunión08 define este espacio constituyéndose como una plataforma editorial y creando una publicación periódica impresa y un sitio en la Red, donde despliega una serie de contenidos propios (textos, imágenes, documentos, señalamientos, presentaciones de proyectos) y diversas estrategias para nutrirse de contenidos ajenos (investigaciones, cartografías, cuestionarios, invitaciones, fórmulas para la recepción de materiales).

Estas herramientas no excluyen otras propuestas ya planteadas (talleres, seminarios, laboratorios…) sino que son instrumentos para seguir debatiendo sobre el dispositivo autónomo que también debe ser Reunión08. Se abre un proceso de reflexión y experimentación colectiva que puede ser definitorio en sí mismo, en cuyo interés confiamos incluso si no llegara a definir un modelo concreto y emancipador.

Dado que el territorio en el que habitamos es tan extenso como profundo, desconocemos por el momento la capacidad desplegable de esta conexión que lanzamos. Permanecemos en espera de acople y resonancia. La centralidad de los nodos metropolitanos y urbanos no ha de soslayar las potencialidades relacionadas con los ámbitos periféricos que este territorio contiene. Así pues, buscamos ensamblar una vinculación generatriz que según camine, crezca en adherencia y disponibilidad. Tratamos de posibilitar que la puesta en valor de estas existencias, surja desde ellas mismas de manera generosa y redunde en el conjunto; que insistimos, no es clausurado, y sí atento a lo presente; más que por la semántica de la innovación por la articulación de lo diferente.

Es ambicioso, lo sabemos, pero nuestra apuesta no va más allá de esas pasiones y deseos que conviven en nosotras y en vosotros que estáis leyendo esto. Frente a la sensación de que la forma en que está siendo gestionada la producción cultural por las instituciones y el establishment es cada vez más intolerable, reivindicamos la voluntad de construir juntos horizontes de libertad, creación colectiva y alegría compartida.